Descubriendo artistas... Maribel Nazco





Aproximádamente hace un año visité un estupendo Museo, el TEA (Tenerife Espacio de las Artes), en pleno corazón de Santa Cruz de Tenerife, sorprendiéndome no sólo del espacio artístico del que dispone, una construcción de 22.062 m2 construidos obra de los arquitectos suizos Jacques Herzog & Pierre de Meuron y del canario Virgilio Gutiérrez inaugurada en 2008, sino de su acertada programación de exposiciones en las que combinan perfectamente arte internacional con artistas de calidad originarios o que viven en estas Afortunadas Islas y así fue conocí la obra de Maribel Nazco, concretamente sus “Metales”. Sus “metales” son piezas realizadas por esta creadora originaria de la isla de La Palma entre 1968 y 1983.

En ellas la autora realiza toda una investigación estética pero también científica. Caminando por las playas, por el puerto, sus ojos quedan atrapados por la belleza del metal corroído por el mar, el sol y la sal: irisaciones, roturas, excrecencias… Las antaño brillantes y pulidas superficies metálicas se han convertido en otro objeto si cabe más bello. Nazco empieza creando piezas a partir de estos metales encontrados, en pleno informalismo español, pero su interés por este material se va profundizando y haciendo más técnico. Comienza a trabajar el metal utilizando medios químicos, trabaja con ácidos, arañando o puliendo las superficies frotando y frotando pacientemente hasta dotar a sus piezas de una sensualidad inesperada a través de sombras y volúmenes. Es increíble como estas piezas abstractas evocan las redondeces del cuerpo femenino, e incluso el erotismo de los cuerpos encontrados. Se trata de erotismo plástico: visual y táctil puesto que estas obras provocan el deseo de ser acariciadas por el espectador, no sólo por la atracción visual de la imagen, sino por la textura con que la artista resuelve cada pieza, una textura que no puede ser apreciada completamente si no se palpa con placer la superficie suavemente alisada de muchas de éstas…

Lo más sorprendente y loable de Nazco fue su decisión de dar por terminado este periodo creativo cuando notó que era ampliamente aceptado por el público, cuando ya no suponían una “molestia” para el espectador. Ese carácter indómito preocupado por la provocación en la audiencia, por la motivación del visitante hizo que Nazco se dedicara durante años más a su carrera como docente en La Laguna, donde ha desarrollado investigaciones sobre pigmentos a partir de materiales originarios de las islas junto a especialistas de otras áreas. Actualmente, Nazco sigue trabajando con los metales y también con el dibujo, encontrándose en plena preparación de un nuevo proyecto creativo.


Natalia Molinos





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