LIBRO -RECOMENDADO
La importancia de la investigación técnica en el arte
“La Ciencia del arte. La óptica en el arte occidental de Brunelleschi a Seurat”. Martin Kemp. Editorial Akal, Colección “Arte y Estética”, 2000.

Cuando contemplamos arte a veces no nos damos cuenta de lo ligado que está a los avances científicos correspondiente a su era y, sin embargo, así es. Las pirámides o las catedrales góticas nunca podrían haberse levantado sin los saberes matemáticos y técnicos de los correspondientes arquitectos y en la actualidad ocurre igual con obras como las de mi venerado Bill Viola, que desde los años setenta ha apostado por distintos formatos audiovisuales -video, cámaras digitales, cine- adaptándose siempre al ritmo de la tecnología y ahora incluso su soporte es tecnológico, utilizando pantallas lcd como si fuesen tradicionales lienzos. Pero siempre la tecnología, los inventos, los avances, son un medio para conseguir un fin: el hecho estético. Como antiguamente se conocían los secretos químicos de la mezcla de los pigmentos y aceites, hoy el artista se enfrenta al reto de conocer en profundidad la tecnología además, por supuesto, del conocimiento de la historia del arte y de la propia pericia como artista. Es evidente que hoy día ya ningún autor –independientemente del medio en el que se exprese- puede prescindir de tener su obra en formato digital para facilitar su difusión o estar presente en las redes sociales. El artista, como cualquier otro ser humano, es producto de su tiempo.
Un ejemplo del impresionante trabajo de Bill Viola: The Quintet of the Astonished (2000)
De avances que se producen a partir del Renacimiento italiano -e incluso ya algo antes, en el Trecento- hasta el siglo XIX y sus correspondientes autores nos habla la primera parte de este tratado. Tras el invento de la perspectiva lineal por italianos, muchos otros pintores europeos querrán con ella mejorar sus obras. El primero será el alemán Durero, que además nos ha dejado grabados que nos informan de las máquinas y otros métodos que se utilizaban para calcularla. Y es aquí donde entramos en la segunda parte del libro, que nos informa sobre estos “inventos”, máquinas que facilitaron a los artistas el cálculo correcto para la perspectiva lineal, como telas con hilos de colores o cuadrados que servían para trasladar al lienzo o papel de forma correcta lo que el ojo humano percibía, espejos, pasando con el correr del tiempo por cajas negras y otras aproximaciones de nuestra actual cámara de fotos o de cine. Las imágenes dispuestas en este volumen esclarecen muchas explicaciones de otros manuales sobre este tipo de maquinarias.
La tercera parte del libro se dedica a la investigación sobre la luz, arranca con las investigaciones de Newton, que no fue el primero en experimentar con la luz del sol a través de un prisma de cristal pero sí fue el primero en creer allá por 1672, que la luz “blanca” era un compuesto que se dividía en colores diferentes al pasar por un prisma y que entre estos rayos de color algunos no podían descomponerse aún más, los “colores primarios”. Newton siguió con su investigación óptica, arrastrando a muchos científicos tras ellas y al perfeccionamiento como la “rueda de color” que introducía las tonalidades de éste. Pero todo esto no era tan sencillo trasladarlo a la práctica pictórica. Louis Bertrand Castel volcó su interés en los “colores materiales” de los pintores, sobre los “accidentales y e incorpóreos del prisma y el arco iris”, una teoría cercana a la aristotélica de colores reales y aparentes y que Castel unió a la música, con su teoría del “Clavecín ocular” fue muy conocida Óptica y matemática van de la mano, incluso de la música. Muchos otros artistas a lo largo del tiempo siguieron desmenuzando los entresijos de la descomposición del rayo de luz, del color –recordemos el trabajo de los impresionistas franceses- e incluso en la actualidad nuevas investigaciones están teniendo lugar.
El autor nos plantea como final una “coda”, un epílogo con referencia musical que condensa la estrecha relación que durante todo el planteamiento del texto nos ha hecho entre matemáticas, música y pintura, y confiesa no haber llegado a una verdad perfecta, algo a tenor de todo lo visto muy cierto….las futuras incorporaciones técnicas y científicas son el capítulo siguiente e infinitamente inacabado ya que la ciencia continúa trabajando como aliada de los artistas.
Un manual imprescindible.
Natalia Molinos

http://www.es.globaltalentnews.com/divulgator/entrevistas/1677/Martin-Kemp-profesor-emerito-de-historia-del-Arte-en-la-Universidad-de-Oxford.html
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