Los orígenes misteriosos de las Pirámides de Güimar, Tenerife



Hace muy poco visité en Tenerife el Parque Etnográfico Pirámides de Güímar. Se trata de un complejo, actualmente museo privado reconocido por el ICOM, en el que destacan grandes construcciones de piedra en forma de pirámide escalonada truncada, coronadas en plataformas accesibles por escalinatas.
Las pirámides de Güímar se encuentran en Chacona, un nombre de origen guanche. No es de extrañar, porque hasta la conquista española a finales del siglo XV, Güímar fue la residencia de uno de los diez menceyes (o reyes) de Tenerife. Realmente sorprende que todavía muchas opiniones aseveren que se trata de agrupaciones de piedras de los campesinos para trabajar el terreno. Cualquier ojo humano puede diferenciar en la isla de Tenerife los majanos, acumulaciones de piedras hechas por los campesinos, y las pirámides, construcciones con características arquitectónicas. En Tenerife también hallamos pirámides en otros lugares, las más conocidas en Icod de los Vinos, y por desgracia, por no estar protegidas, muchas se han perdido ya… También en la Isla de La Palma se han encontrado construcciones de este tipo –y además con referencias históricas del momento de la colonización cristiana de que se servían para ceremonias religiosas guanches-, y también en la isla de Gran Canaria. Pero el complejo de Güímar es especialmente llamativo por la cantidad de edificaciones, seis en total, y por sus características peculiares, probadas por los astrofísicos canarios, como la orientación de su eje principal a la puesta de sol en el solsticio de invierno y la salida del sol en el solsticio de verano, en su eje secundario. O la sorprendente puesta de sol doble que se puede ver sólo desde un punto concreto y en un día y hora concreto del año… estos detalles astronómicos señalarían al complejo como un calendario astronómico, utilizable para las tareas agrícolas. Pero es que para orientar de esta manera las construcciones, deben existir planificación y cálculos matemáticos. Parece poco probable que los campesinos cristianos, utilizando ya un calendario gregoriano, se rigieran por uno astral… o que tuvieran estos conocimientos técnicos. Además, las piedras con las que están construidas las pirámides no son locales, los bordes de éstas están perfectamente cortados -no meros cantos como se esperaría para una labor rural-, y no son sólo acumulaciones, sino que se encuentra relleno de arena y piedritas pequeñas en alguna de ellas en las que se han realizado prospecciones.


Como ha sucedido con importantes yacimientos arqueológicos –como el nuestro de Lucentum en Alicante, que pudo sobrevivir gracias entre otros a la arqueóloga sueca Solveig Nordström, fue Thor Heyerdhal el investigador que se dio cuenta de la magnitud de las pirámides y luchó por su protección y mantenimiento hasta crear el Parque de las Pirámides de Güímar. Los detractores de la antigüedad de estas construcciones han subestimado las opiniones de Heyerdhal, vendiéndolo como un oportunista aventurero. Heyerdhal se hizo mundialmente conocido por haber cruzado el el Atlántico desde Marruecos hasta América Central con la Kon Tiki en 1970, una embarcación de cañas de papiro, para demostrar su teoría de la difusión cultural. Pero sus críticos no dicen que fue Doctor en Antropología y Etnografía por la Universidad de Oslo, Noruega,que fue reconocido internacionalmente y que durante toda su vida viajó para probar sus teorías culturales, que plantea en la exposición mostrada en el Museo Casa Chacona, donde muestra Pirámides de todo el mundo -sorprendiendo la similitud de las de Tenerife con las de Sicilia en Italia-, así como los paralelismos entre los blancos, rubios y barbudos bereberes de Marruecos, con los personajes que aparecen en pinturas y crónicas precolombinas.

Aunque se han llevado a cabo varias campañas arqueológicas, hasta el momento la ciencia no ha podido probar un origen precolombino de estas pirámides. Sí se ha descubierto una cueva guanche (con materiales de entre 680 y 1020 d.C.), que todavía tiene mucho por excavar. También se encontraron entre dos de las pirámides restos del SXIX lo que apoyaría una de las últimas hipótesis sobre el orígen de las construcciones, situándolas a finales de esta centuria, cuando la propiedad donde se encuentran pertenecían a un masón- y por tanto, se implica un origen esotérico ligado a la masonería-. Mi opinión personal, sin haber conocido este tema de forma más profunda,es que antes que ser obra erigida por este propietario - Don Antonio Díaz-Flores-, el gran interés que en pleno siglo XIX suscitó entre los intelectuales la arqueología, le hubiese llevado a limpiar lo suficiente el terreno como para que estas construcciones –que antes no figuraban en documentos por no dárseles importancia- fueran visibles.Ya que al fallecer éste, aparecen por primera vez en un documento: el de su testamento.

El parque Pirámides de Güímar, de forma cuidada y prudente – no asevera, sino que sugiere- presenta sus hipótesis resultando una interesantísima visita. Todavía hay mucho que investigar y es lamentable que nuestro país no dedique más esfuerzo económico a largo plazo a la investigación de nuestro pasado. Una cultura como la ibérica de más de seis siglos de duración debería tener una presencia en el mundo tan importante como otras de la Antigüedad y los españoles deberían volcarse en su investigación. Lo mismo ocurre con la cultura guanche y con las pirámides canarias, tanto si su origen es reciente como si es arcaico. Por desgracia, todavía se ve como una inversión poco rentable, pero si no es bastante el interés científico e histórico, el patrimonio histórico y cultural es una gran baza turística y económica que podría ser desarrollada con sostenibilidad para no dañar el ecosistema pero ayudar a la economía del lugar.

Natalia Molinos

Columna para el programa San Vicente Plaza de Radio San Vicente, 8 de enero. 2015




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